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viernes, 26 de abril de 2019

Visiones


Tu boca en silencio
Tus ojos que no me miran más
Cuento hasta diez para olvidar
Pero tu voz es un sonido recurrente, ensordecedor, estridente
Tengo visiones...
Visiones de vos, visiones de almas enlazadas
Un pasado que no fue y un futuro que se esfuma como el sol en invierno... El invierno que dejaste en mí, que tenés en vos, del que buscás huir, pero siempre te alcanza.
Extrañarte es vacío
Quererte es delirio
Recordarte es sombra, oscuridad, laberinto
Porque no estás.
¿Estuviste alguna vez?
Corro dormida por las calles donde fuiste estrella, iluminando cada paso, cada respiración
Las risas, los abrazos
Nada parece haber existido, y al mismo tiempo casi puedo palparlos con mis manos cuando busco retenerlos
Cruces sobre números en el calendario
¿Cuánto más?
Debo aceptar que tu silueta sea ahora una línea intermitente, sin color ni relleno, sin pinceladas de color profundo
O quizás volverás un día, con cajas de colores nuevos, óleos y pinceles, a pintar un camino soleado entre montañas, ríos, mar... Un lienzo de hilos rojos que entrelace nuestras vidas que fueron escritas para estar unidas...
Suspiro.
Porque todo es ilusión, es agonía, es etéreo. Vos ya no estás, no estarás, no te encontrás ni me vas a encontrar. Estás perdido y me llevás en tus manos aunque no lo veás, aunque ahora caminés solo de nuevo por la vida, sin más que tú dolor en un costal sobre tu lucha.
Suspiro. Ya no estás, ni vas a estar.

martes, 31 de mayo de 2011

Ya no sabe a ti.

Ya no sabe a nada.
Ya no sabe a dolor.
El amor tampoco.
Fuiste grande, fuiste todo.
Fuiste la inspiración y el lápiz.
Fuiste lo que soñaba de niña.
Fuiste el hombre con la lámpara de aceite.
Hoy eres una cámara análoga en un viejo teatro.
Y sí que te amé.
Tanto así, que tus palabras se volvieron mis frases.
Quise ser como tú. Vivir como tú… amar como tú.
Pero ya no.
Ya no sabe a nada.
Ya no recuerdo el sabor de tus besos con alcohol y cigarros.
Hasta tus escritos que antes me quitaban la respiración, hoy solo son el eco monótono de una canción que alguna vez cantaste sin ganas para mí.
Ya no eres lo que fuiste. Aunque yo nunca fui nada para ti.
Lo bueno es que donde tú estabas, pronto alguien llegará.
Y lo que antes sabía a ti… ahora tendrá un nuevo sabor.
Sin ti.

domingo, 19 de septiembre de 2010

The reason.

Y hay momentos. Momentos de momentos.
Momentos en que la mismísima vida parece una burla.
Momentos en que nos sentimos viejos. Cansados. Utilizados por el tiempo.
Pero no solo es el tiempo.
Es la gente.
De esa que se va sin despedirse.
De esos que saben a ausencia.
De esos que llegaron con la sombra del olvido a cuestas.
De esos que exploraron lugares recónditos en nuestra conciencia.
Pero no solo es la gente.
Son los sueños.
De esos que hoy no existen más.
De esos que fueron reemplazados por otros.
Sueños falsos. Sueños rotos. Sueños vivos. Sueños que hoy son reales.
Pero no solo son los sueños. Ni la gente. Ni el tiempo. Ni tampoco la vida.
No señor.
No es tampoco la música. Esa que ambienta de fondo cada escena que vivimos.
No son tampoco los colores, esos que nos pintan el alma con cada crayola ocurrente de recuerdos.
Ni siquiera las letras, las palabras, los libros ni los cuentos.
Nada. No son ninguno de ellos.
Solo sos vos. Vos y nadie más que vos quien, a pesar del cansancio de vivir, me recuerda qué demonios hago aquí.

martes, 14 de septiembre de 2010

Poema sobre una canción disonante.

De esos amores que son y no son. A veces es mejor no saber.




Ella lo quería.

Y él lo quería.

Y ella sabía que él no era para ella.

Sabía que él la quería ocasionalmente.

Sabía que como la quería a ella, quería a muchas otras.

Sabía que nada era duradero. Y a la vez lo era.

Sabía que no lo tendría nunca. Y que él ya la tenía.

Y que el tiempo oxidaba los engranes entre ellos.

Sabía, también, que él era despreciable.

Sabía que no era el hombre que buscaba.

Sabía, incluso, que estaría mejor sin él.

Sabía, en el fondo, que cada día lo querría menos.

Sabía que la hacía sufrir, pero también reir.


Sabía… y sabía…. 
Y un día, de tanto saber.... se aburrió. 

lunes, 13 de septiembre de 2010

Juegos...

Juegas...
Sonríes y me miras.
Siento cómo lees mi alma,
Llegas a mis huesos.
Recorres mi interior como si fueras mi dueño...
Como si aquél día que viajaste por mi cuerpo hubieras ahondado en mi alma...
Y tus manos... cómo deseo tus manos... cómo me desean ellas...
Tus labios... aún siento su sabor...
Cómo los bebía... que sed tengo de ti...
Y cómo tu corazón llora...
Por esa reina frívola... que no soy yo...
Y, en cambio,
Yo soy sólo una pieza más de tu juego...
Me mueves a tu antojo... soy tan sólo un peón...
¿Quién te crees?
Eres letal...
Un tenue jaque mate...
Sonríes... y no me miras...
Algún día seré la reina.

Aquél sueño..


Esos sueños que nos cortan la respiración. 2008.





Soñé que me besabas...

Y al despertar te vi entre mis brazos.
Tu olor aún acariciaba mi pecho,
Tus labios aún rozaban los míos...
Efímero,
Fugaz...
Intenté acogerte en mi regazo
pero presionado a mi pecho sólo quedó tu recuerdo...
Y sin embargo, sonreí...
Sé que lejos, dondequiera que estés,
Soñaste lo mismo.
Y tu alma, aunque huya tu cuerpo,
Seguirá aquí a mi lado...
Te cuento que al irte olvidaste, como de costumbre,
Recoger tu corazón...
Pero no te preocupes, estará bien...
A fin de cuentas, quedó aquí anclado al mío...

Ronda.



Estamos.
Somos.
¿Me piensas?
No sé.
Te digo
Respondes.
Te callas
Te vas.
Me amabas,
Lo sé.
Me amas...
¿Tal vez?
Pregunto,
¿Qué ves?
Te busco,
¿Quién es?
Razones,
Quien sabe.
El rumbo,
¿Lo ves?
No pienses,
No importa.
Bésame,
Está bien.
Quien sabe,
De pronto,
Una última vez...
Tan sólo te pido
Un amanecer...

En soledad...

Aún te espero...
En vano, lo sé....
Pero es que guardo tu recuerdo alimentado en la tristeza...
He de ver tus ojos de nuevo centrados en mi alma?
Encontrará tu corazón una melodía que armonice mi llanto?
Podré algún día, amor mío, alcanzarte en vuelo con mis manos?
O habrás volado ya tan lejos, más allá de la esperanza...


“Tristeza es una mano gigante que aprieta el corazón”...

Confusión

Lejos... cerca?
Los árboles gritan sus hojas.
Las manos brillan sobre las palabras,
El agua quema el rumor del viento.
Corazón...alma...razón?
¿Preguntas? ¿Respondes?
Cuál es tu duda...
Presiona o desangra...
Pero nunca calles...
Las flores piensan en dolor.
Reloj que lloras,
Seca tus lágrimas, minutos traviesos...
Tarde o temprano
La miel partirá tus labios...
Sal y limón...
Sonrisa de amor...

Soñarte lejos

Cuando quien amas está tan cerca que se vuelve intocable. 2007

Sueño contigo...
Vidas lejanas en mares de delirio y fantasías
Viajes a la atmósfera de tu alma y al oscuro bosque en tus ojos...
Y en un profundo llanto escucho tu corazón
Cantando melodías al ritmo de una montaña de dolor,
De un arcoiris de ironía y confusión...
Sueño realidades que nunca serán...
Ilusiones que se desvanecen en el viento con el latir de tus palabras...
Con esa inocencia malévola que inunda...
Duele respirar tu aire y no tocar tus labios...
Leer tu vida y no sentir tus manos...
Pensar tu piel y no tener tu corazón...
Duele saber que estás... solo en mis sueños...
Soñarte... cada vez más lejos...

¡Sálvame!

A alguien que me ha dado su mano sin importar las consecuencias. Gracias por no haberse rendido. 2006.

Muero lentamente...
Y tu no entiendes porqué caigo sin tomar tu mano;
Preguntas porqué me rindo sin haber soñado antes...
Porqué me precipito a un vacío infinito sin oír el eco de tu voz...
Y en un profundo sueño oigo el murmullo de tu alma,
oscila mudo por mi mente
y muere al encontrarse con un macabro mar de pensamientos.
Gritas creyendo que no te escucho...
Hiriéndome profundamente sin saberlo...
Tus palabras hacen más fácil pero dolorosa la caída...
Mi corazón se alimenta del tuyo
Y tarde o temprano se aferra a él como su única salvación...
Calla... escucha su sonido que clama en vano tu nombre...
Tal vez así detengas la caída y atrapes mi alma para siempre...

Pensaba...

Mi preferido. Lo escribí a una persona que amé mucho. Nunca me amó. 2006.

Pensaba...
Y de pronto sus ojos estaban en mi mente.
Su mirada había tocado el rincón más profundo de mi pecho
Y la herida, grieta sangrante en el alma,
No sanaría sin el toque de su voz.

Sus palabras,
Suaves espadas, frías como sus manos al hablar de amor,
eran flechas envenenadas de dolor que sembraban
en vano esperanzas fugaces,
raíces ciegas en el pozo sin fondo de mi vida.

Su sonrisa,
ese dulce rayo falso de luz,
penetra en las sombras macabras en mi ser...
su mejor arma para atraparme en esa amplia red de almas en pena por su amor.

Y de pronto pensaba...
Que esa cruel estrategia para encantarme es la razón de mi existencia...
Porque sin su ser no hay razón para vivir...
Pensaba... que es mi única razón de vida...